Guitarra - Gibson Les Paul


El pesado cuerpo de la Les Paul está formado en la mayoría de los modelos por una base de dos piezas de caoba, que le da un timbre cálido y denso, y una tapa de arce combada, que aporta mayor definición al sonido. Otra particularidad es el mástil, que aparece encolado en vez de ser atornillado como los modelos Fender. Éste es también de caoba, y puesto que se trata de una madera porosa y relativamente blanda, presenta un perfil cercano al de una guitarra española, mucho más grueso y cuadrado que el de una stratocaster, por ejemplo. Esto también hace que el mástil sea el punto débil de la guitarra: es muy difícil sustituir un mástil encolado, y la caoba puede romperse con más facilidad que el arce empleado en otros mástiles.

El sonido de la Gibson Les Paul es lleno y con predominio de las frecuencias medias-graves. Esto, junto a la mayor duración de la nota (sustain) que proporciona el conjunto de sus elementos, y la facilidad para estirar las cuerdas (bending, debido a que su mástil es más corto que el de otras guitarras) la han hecho muy popular entre los aficionados al rock clásico, y una de las guitarras más vendidas desde la invención de la guitarra eléctrica. Los acordes suenan bien empastados, y las líneas melódicas presentan un carácter oscuro y cálido que señala la filiación original del modelo a un famoso músico de jazz.

Una desventaja es que los trastes más agudos son difíciles de alcanzar en comparación con otras guitarras que también tienen un recorte. Esto se debe a la anchura del cuerpo y lo obsoleto del diseño.

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